Todos tenemos un don, y son los otros los que nos ayudan a descubrirlo. Tener un don no es un privilegio, es un compromiso. Quizá sea este el mensaje más importante de la película, y un hecho fundamental que encaja directamente con nuestra asignatura de Religión Católica.
Esta película, por su temática religiosa y por la presentación paulatina que va haciendo de la vida espiritual, puede servir como complemento de trabajo en las aulas, especialmente a partir de 5.º y 6.º de EP y en ESO y BACH.
La relación con los contenidos curriculares tiene que ver con:
- Bloque I: Sentido religioso del Hombre
- La Creación como don de Dios
- La búsqueda del sentido de la vida: lo que de verdad importa
- Las preguntas importantes de la vida: ¿quién soy?, ¿qué papel tiene Dios en mi vida?
- Bloque II: La Revelación, Dios interviene en la historia
- Acción de Dios a través de sus mediaciones
- El ser humano, manifestación de Dios
- Bloque III: Jesucristo, cumplimiento de la historia de la salvación
- El mensaje de Jesús: parábola de los talentos
- Los milagros de Jesús, sentido de los milagros
Crítica de la película por José Antonio Montull, sdb
- Director: Paco Arango
- Guion: Paco Arango
- Música: Nathan Wang
- Fotografía: Javier Aguirresarobe
- Reparto: Oliver Jackson-Cohen, Camilla Luddington, Jonathan Pryce, Jorge García
Hace unos años el director Paco Arango debutó en el cine con Maktub, una película en la que se contaba la historia de amistad, inspirada en un hecho real, entre un buen hombre y un adolescente con cáncer.
El filme dedicó muchos de sus beneficios a la Fundación Aladina, fundación que trabaja con niños que sufren cáncer y que el mismo Arango preside.
Años después vuelve con Lo que de verdad importa, película que combina el realismo mágico, el sentido del humor y el drama, y que es un filme sencillo, simpático, muy agradable de ver y profundamente humano. Es precisamente esa vocación moralizante de la película la que ha sido maltratada por la crítica y muy bien acogida por el público.
La película cuenta la historia de Alec, un mecánico británico que vive una vida superficial y vacía. Es un joven vividor, mujeriego e irresponsable. Acuciado por las deudas del juego, acepta la invitación de un extraño tío suyo (muy parecido al de Qué bello es vivir de Frank Capra) que le propone ir un año a vivir a Nueva Escocia a cambio de pagar sus deudas.
Sin entender prácticamente nada, Alec emprende un viaje de huida a Canadá y se instala en un pequeño pueblo costero. Allí descubrirá que hay en su vida una capacidad de sanar enfermedades que desconocía por completo. Ese don que tiene será para él un compromiso que va a complicarle la vida.
La película cuenta de entrada con la complicidad del espectador que, gracias a la publicidad, ya sabe que va a ver un filme cuyos beneficios se dedican íntegramente a la fundación Aladina.
Los momentos cómicos están dosificados y poco a poco la narración va ganando en profundidad. Fallos de guion y de ritmo no desmerecen a una obra pensada para conmover y animar a ser mejores. Los efectos musicales que pretenden subrayar los momentos chistosos infantilizan algo la narración, pero pronto se perdonan por la buena intención de la película.
Hay, eso sí, una reflexión importante: todos tenemos un don, y son los otros los que nos ayudan a descubrirlo. Tener un don no es un privilegio, es un compromiso que puede complicar la vida del que lo posee pero dar sentido a su existencia. Alec experimentará que rechazar por pura comodidad el don que se le ha concedido comporta no estar bien con uno mismo. Los actores están bien; ejercen de simpáticos vendedores de “buen rollo” y humanidad.
La fotografía espléndida de Javier Aguirresarobe retrata un paisaje bucólico lleno de personas buenas que, a pesar de sus historias de sufrimiento, siempre están dispuestas a acoger al desconocido y a confiar en él.
En tiempos en los que sacar a la luz lo religioso parece un tabú o propio del fanatismo más retrógrado, se agradece que el filme hable de Dios con toda naturalidad y sencillez. Una dimensión espiritual (poco profunda, eso sí) recorre el metraje de una película que invita a ser mejores personas y a valorar más lo que somos y a los seres humanos que están cerca.
Al final aparecen imágenes de Paul Newmann, “ángel” al que va dedicada la película, y de los niños y niñas con cáncer que son acompañados por voluntarios. Didácticamente Arango nos viene a decir que hay muchas personas que tienen un don, que existen los ángeles solidarios y que cada espectador, si mira en su interior, puede descubrir ese don particular que tendrá que entregar a los demás.
No es una obra redonda, pero es una buena película para una mejor causa. Es una invitación a la fraternidad, a la entrega, al voluntariado… Allí es donde descubrimos lo que de verdad importa. Y, no hay duda, si gana la solidaridad, gana también el cine.
Josan Montull
Algunas propuestas para trabajar en clase
- ¿Cuáles son tus dones?
- ¿Qué haces con ellos?
- Leed juntos la parábola de los talentos… El protagonista de la película no se identifica siempre con el mismo personaje de los talentos. Seleccionad escenas, frases e ideas de la película que lo sitúen en cada uno de los tres personajes. ¿Cuándo es el de los 10 talentos, el de los 2 o el que entierra sus talentos?
- Acerca de los talentos… ¿Qué harías tú si tuvieras su poder?
- ¿Qué papel tiene Dios en toda la película? ¿Por qué crees que sucede esa historia?
- El director ha decidido donar todo el dinero que se recaude con la película para una causa solidaria. Investigad acerca de dónde irá el dinero y reflexionad juntos. ¿Qué mueve a una persona a hacer este tipo de gestos? ¿Qué te parece a ti?
- Seleccionad algunas frases de la película, dibujadlas en grande y razonad sobre el sentido de lo importante de la vida. Lanzadlas a la red para que se cargue de mensajes positivos.
- Compara al protagonista con los milagros de Jesús. ¿En qué se parece? ¿En qué se diferencia?
- Mira el título… ¿qué crees que es lo que de verdad importa?